
ANFITRIÓN 2025: Chișinău, Moldavia
Moldavia, la joya vinícola menos conocida del este de Europa
La sesión de vinos espumosos del Concours Mondial de Bruxelles se celebrará en Chișinău, Moldavia, del 5 al 7 de septiembre de 2025.
Esta ciudad, con un rico patrimonio vitivinícola, fue nombrada Ciudad Internacional de la Viña y el Vino en 1990. Este año, además, acoge el 46º Congreso Mundial de la Viña y el Vino, lo que reafirma su proyección internacional en el sector vitivinícola.
Del 5 al 7 de septiembrede 2025

Una tradición vinícola milenaria en el corazón de la Europa Oriental
Situada entre Rumanía y Ucrania, Moldavia es un territorio discreto, rico en historia y sabor. Conocida desde la antigüedad por sus vinos, esta región vinícola ha forjado su propia identidad gracias a unas condiciones climáticas ideales, unos suelos fértiles y un saber hacer ancestral transmitido de generación en generación. En la actualidad, el país cuenta con más de 100.000 hectáreas de viñedos y cientos de explotaciones que combinan modernidad y tradición.
El vino no es sólo una industria: es parte integrante del ADN nacional. Moldavia, que en su día fue un importante exportador a la Rusia de los zares, se reinventó tras su independencia, apostando por la calidad, la innovación y la autenticidad. Variedades de uva autóctonas como Fetească Albă, Fetească Neagră, Viorica o Rară Neagră ocupan un lugar de honor junto a clásicos internacionales. La diversidad de los terruños moldavos, desde las verdes colinas del norte hasta las orillas del río Nistru en el sur, produce vinos de gran carácter que atraen cada vez más la atención de los aficionados de todo el mundo.

Chișinău, la animada capital y puerta de entrada a las viñas de Moldavia
Las rutas del vino moldavas suelen comenzar en Chișinău, la capital. Ofrece una primera inmersión suave en la cultura local. Entre amplios bulevares de estilo soviético, iglesias ortodoxas y modernos cafés, los visitantes pueden explorar el Museo Nacional de Historia, la Catedral de la Natividad o el parque Ștefan cel Mare.
Cuando se trata de vinos, Chișinău es el punto de partida ideal para iniciarse a los sabores tradicionales. Numerosas vinotecas y locales de degustación permiten disfrutar de los productos locales, acompañados con frecuencia de platos típicos moldavos, en un ambiente cordial. Si desea regresar a casa con una botella, le recomendamos visitar las tiendas especializadas en vinos que ofrecen una selección de los viñedos emblemáticos del país.
No importa si es un entendido en grandes vinos o si solo tiene curiosidad por descubrir productos artesanales, la capital es un imán para los aficionados al vino, gracias a la diversidad y calidad de su oferta enológica.
Bodegas monumentales y pagos legendarios
Uno de los grandes atractivos de Moldavia son sin duda sus espectaculares bodegas subterráneas. Cerca de Chișinău, algunas de ellas, excavadas en la roca caliza, forman auténticas ciudades vinícolas subterráneas. A veces se puede viajar en carro eléctrico por decenas o incluso cientos de kilómetros de galerías donde reposan millones de botellas. También albergan instalaciones culturales como salas de proyección e iglesias. Más al sur, otras bodegas baten récords mundiales en cuanto a colecciones de vino.

Le Sauvignon Blanc et le Steiermark
Estas bodegas no son simples museos, sino verdaderos pilares de la viticultura moldava. Algunas siguen utilizando el método tradicional para elaborar vinos espumosos, mientras que otras producen vinos tintos con un notable potencial de crianza. Además, en invierno, una de estas bodegas propone una original carrera por las galerías, iluminada por las lámparas frontales de los participantes.
Pero Moldavia es mucho más que estas bodegas emblemáticas: empresas como Purcari, una de las más antiguas del país, y Et Cetera, en la región de Ștefan Vodă, también ofrecen experiencias vinícolas inolvidables. Algunas son famosas por sus vinos míticos, otras por su compromiso con la sostenibilidad y la autenticidad. También se pueden descubrir ensamblajes originales que conjugan variedades locales de uva e influencias regionales.




Entre naturaleza, patrimonio y enoturismo
Al norte, la región de Codru ofrece un terreno ideal para los amantes de la naturaleza y los vinos exquisitos. Algunas bodegas ofrecen comidas gourmet con vistas a las verdes colinas conocidas como la «Pequeña Toscana» de Moldavia. Aquí se vinifican con cuidado variedades de uva locales como la Rară Neagră.
No muy lejos, el yacimiento arqueológico catalogado de Orheiul Vechi combina espiritualidad e historia. Este complejo troglodita prehistórico ofrece unas vistas impresionantes, que se pueden explorar a pie o en bicicleta. En junio, acoge una ópera al aire libre, única en Europa Oriental.
Un calendario vinícola festivo y animado
En Moldavia, el sector del vino se anima a lo largo del año con numerosos eventos. En octubre, el Día Nacional del Vino en Chișinău reúne a productores y visitantes con conciertos, catas y visitas a bodegas. En septiembre, un festival pone de relieve a los pequeños productores independientes. En diciembre, una exposición presenta una selección de los mejores vinos de Moldavia.
En el sur del país, la reserva de la biosfera de Cahul, en torno al lago Beleu, alberga una gran variedad de animales salvajes, como pelícanos y garzas. En los alrededores, varias bodegas familiares ofrecen visitas y degustaciones centradas en las tradiciones y los productos locales.