Los rosados de Valladolid protegen el patrimonio varietal de Castilla y León

Los rosados de Valladolid protegen el patrimonio varietal de Castilla y León

España es el segundo productor mundial de vinos rosados. En 2019, el país fue responsable de casi una cuarta parte de la producción mundial de rosados.  Con un 41%, España es también el mayor exportador por volumen, pero en términos de valor el país sigue siendo precedido por Francia e Italia[1]. No obstante, la calidad y la popularidad de los rosados españoles aumentan continuamente, ya que los productores están desarrollando estilos regionales más singulares.

Utilizando variedades locales españolas, el uso inteligente de la “saignée” (o sangrado en castellano), el roble americano y otras técnicas, está surgiendo con rapidez un estilo moderno, de alta calidad y distintivo de rosado español“, explica la experta en rosados Elisabeth Gabay en su libro “Rosé: Understanding the pink wine revolution“. [2]

Este año, del 11 al 13 de marzo, España tendrá una nueva oportunidad de demostrar la calidad y singularidad de sus rosados acogiendo la Sesión de Vinos Rosados del prestigioso Concours Mondial de Bruxelles. En Valladolid, capital de Castilla y León y cuna de algunos de los rosados más famosos de la Península Ibérica, los rosados competirán con la participación de 30 países productores de todo el mundo.

La provincia de Valladolid cuenta con 5 denominaciones de origen (D.O.). Históricamente se han elaborado vinos rosados en todas ellas, pero la más importante, por volumen y tradición, es la D.O. Cigales. Esta denominación es famosa por su “clairet” y el impresionante legado de sus viejos viñedos. Las viñas viejas, con sus bajos rendimientos, producen vinos con mayor complejidad, estructura y fruta concentrada. La segunda región vinícola más importante para el rosado en la provincia es la D.O. Ribera del Duero, conocida por sus rosados de color rosa intenso llamados “ojo de gallo“. Una de las características que definen a la D.O. Tierra de León es el rosado que produce a partir de las uvas Prieto Picudo de piel oscura.

La variedad Prieto Picudo produce rosados muy particulares, tradicionalmente de altos de color, aunque poco a poco se van elaborando en la gama cromática de la peonía y la fresa. Son vinos con una nariz intensa, cargada de frutos frescos y anisados con su característica nota carbónica que los hace únicos“, explica José Carlos Álvarez Ramos, doctor Ingeniero Agrónomo por la Universidad de León y Especialista Superior en Viticultura y Enología por la Universidad de Valladolid. 

El uso de variedades de uva distintas de la Garnacha y el Tempranillo es uno de los factores importantes que contribuyen al aumento de la calidad de los rosados españoles. Se combinan con Merlot, Cabernet Sauvignon, Pinot noir y Petit Verdot para añadir complejidad a los vinos.  Las variedades de uva blanca autóctonas, como la Verdejo o el Albillo, por ejemplo, se utilizan para dar a los rosados un mayor nivel de compuestos aromáticos. Pero, según José Carlos Álvarez, el uso de variedades autóctonas en las mezclas de rosados desempeña otro papel importante en el patrimonio vinícola de Castilla y León:

La elaboración multivarietal de rosados es de vital importancia para la protección y promoción de variedades minoritarias como la Garnacha gris, la Monastrel, la Garnacha Tintorera, la Negra Sauri, la Merenzao y la Touriga Nacional para los tintos y el Albillo, la Jaén, el Palomino, la Puesta en cruz, la Doña blanca y el Pirulés para los blancos. Si no fuera por los rosados, esas variedades no tendrían cabida entre los grandes blancos y tintos de Castilla y León.  Por lo tanto, veo a los vinos rosados como un protector de un patrimonio varietal histórico“. 

En las regiones tradicionales de vino rosado, como Cigales o Tierra de León, el rosado es la copa preferida, como demuestra el hecho de que el 96% del rosado producido en Castilla y León se consume dentro del territorio. “El 40% se consume en el mercado comarcal, el 30 % en el regional y el 26% en el nacional”, explica Álvarez. ” El consumo de rosado ha descendido en los últimos años en el panorama nacional no así en sus regiones productoras como Valladolid donde el mercado se incrementa cada año“. Atribuye la creciente popularidad de los rosados a su frescura, a su potencial aromático y al hecho de que pueden acompañar fácilmente a una gran variedad de alimentos, incluidas las tapas de alta cocina diseñadas por los grandes chefs de Castilla y León.  

Al acoger la Sesión de Vinos Rosados del Concours Mondial de Bruxelles, José Carlos Álvarez ve una oportunidad única para presentar los rosados emblemáticos de Castilla y León: “Es un honor recibir en Valladolid uno de los concursos más prestigiosos del mundo. A través del Concours Mondial de Bruxelles tenemos una gran ventana de demostrar al planeta el potencial de nuestra región y de dar a conocer la versatilidad del vino rosado, así como de sus múltiples formas de ensamblar con variedades desconocidas y únicas.

60 expertos en rosados de 25 nacionalidades se reunirán en Valladolid para evaluar más de 1.000 vinos rosados. La procedencia de los vinos es, una vez más, muy diversa, representando a las mayores regiones productoras de esta categoría de vino.


[1] CIVP / FranceAgriMer

[2] Elizabeth Gabay. “Rosé: Understanding the pink wine revolution.” 2018

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